La Apitoxina

La Apitoxina, un medicamento natural

abeja en flores
La apitoxina es el veneno secretado por las abejas de varias especies que lo emplean como medio de defensa contra los predadores y para el combate entre ellas. En las especies venenosas, el ovipositor de las obreras se ha modificado para transformarse en un aguijón barbado.

El veneno es producido en dos glándulas, la principal es la glándula ácida, mejor conocida como el saco de veneno, la cual produce ácido fórmico.
La segunda es la glándula básica. En el saco de veneno se almacenan las secreciones de ambas glándulas, de esta forma siempre existe una reserva de veneno para uso inmediato. El veneno es chupado o succionado, por acción de las lancetas y una serie de válvulas, del saco de veneno a la base del estilete y finalmente pasa por el canal formado por el estilete y las lancetas. La ponzoña de la reina es mucho más larga que la de las obreras y no tiene tantas espinas en sus costados. Su saco y glándulas de veneno son más grandes que en la obrera.

La reina ha evolucionado con ponzoña menos armada de espinas pues ésta es utilizada en el combate con otras reinas y el fin es el de eliminar al adversario, y no morir en el proceso. Por el contrario, la obrera muere al picar.

En estado puro, la apitoxina es un líquido incoloro, amargo y ácido (pH 4,5 a 5,5), con un peso específico de 1,1313. Es hidro- y ácidosoluble, pero insoluble en alcohol.
Cada abeja obrera adulta puede inyectar unos 2 mg de veneno líquido, lo que corresponde a unos 100 microgramos o gammas de veneno seco (O'Connor, 1967) (Entre 100 - 200 microgramos según otros autores). Se necesitan unas 10.000 abejas para obtener 1 gramo de veneno seco.

Medicamento natural

El veneno de abeja o Apitoxina es un medicamento natural. Cuando hablamos de Apitoxina nos referimos al veneno líquido, entero y puro que la abeja inyecta al paciente al ser inducida a picar.

No debemos confundir la acción farmacológica de la apitoxina fresca con el uso homeopático de este producto. La apitoxina no es homeopatía aunque con ella se hacen productos homeopáticos que sirven para síntomas y dolencias particulares como picaduras de insectos con inflamación, picor y escozor, dolores de cabeza punzantes y pulsátiles, que se agravan con el movimiento y mejoran con la presión, fiebre sin sed y con hipersensibilidad al tacto, Escozor y picor insoportable en la piel, eccemas que mejoran con el frío, forúnculos, Todo tipo de problemas en los ojos que impliquen hinchazón de párpados, escozor o picor y que mejoren con el frío. Orzuelos, fiebre del heno o alergia primaveral con ojos hinchados, vómito, distensión abdominal, diarrea acuosa, etc.
La apitoxina es una sustancia relativamente compleja.

medicina natural
CompuestoFracciones
Enzimas
  • Fosfolipasa A2
  • Fosfolipasa B o
  • Lisofosfolipasa
  • Hialuronidasa
  • Fosfomonoesterasa ácida
  • a -D-Glucosidasa
Otros componentes
  • 5-Hidroxitriptamina
  • Acido vanilmandélico
  • Isoamylacetato
CompuestoFracciones
Polipéptidos
  • Melitina Melitina F
  • Apamina Péptido 401 (MCDP)
  • Adolapin
  • Secapin
  • Tertiapin
  • Cardiopep
  • Minimina
  • Inhibidor de proteasa
  • Procaminas A,B
Componentes no péptidos de bajo peso molecular
  • Histamina
  • Dopamina
  • Noradrenalina
Su uso medicinal se engloba en la apiterapia o apitoxoterapia, como tratamiento complementario o alternativo, para, principalmente, el alivio sintomático del reumatismo y otras afecciones articulares por las propiedades antiinflamatorias del péptido 401, analgésicas de la apamina, y de la melitina, que actúa sobre el sistema inmunológico corrigiendo ataques de anticuerpos hacia las articulaciones.

Efectos terapeúticos de los componentes

La acción terapéutica de la Apitoxina es el resultado de la suma de propiedades de las fracciones que la componen, pero además, de la interacción de todas ellas.
Así pues el veneno de abeja o apitoxina posee las siguientes cualidades curativas:

Antiinflamatoria

La fracción Péptido 401 del veneno de abejas ejerce una potente acción antiinflamatoria, como ya lo demostraran Billingham, M.E. y otros, 1973; Hanson, J.M. y otros, 1974; Smith, M.J.H. y Ford-Hutchinson, 1979; Guschin, I. S. y otros, 1981.
La Apitoxina incluye la fracción Adolapin, de elevada acción antiinflamatoria, como lo demostraron Shkenderov y Koburova (1982), al inhibir la acción de la ciclooxigenasa y la biosíntesis de las prostaglandinas generadoras de inflamación.
Otra fracción de la Apitoxina, la Apamina, posee también acción antiinflamatoria. Como lo experimentaron Ovcharov, R. y colaboradores (1976) la Apamina inhibe la acción de la serotonina (5-Hidroxitriptamina) y produce una reducción en los niveles de seromucoides y haptoglobina, muy aumentados en los procesos inflamatorios agudos (Murray y Connel, 1960).
Vick, J.A. y colaboradores, 1972a, 1972b, 1989, demostraron que la Apamina, la Melitina y el veneno entero de abejas (Apitoxina) estimulan hipófisis y suprarrenales para elevar los niveles de cortisol endógeno, con potente y duradera acción antiinflamatoria.

Se han estudiado hasta 14 acciones terapéuticas de la Apitoxina

  • Antiinflamatoria
  •  Analgésica
  •  Antiarrítmica
  • Cardiotónica
  •  Vasomotora
  •  Hipotensora
  •  Fibrinolítica
  • Antiagregante plaquetario
  •  Eritropoyética
  • Inmunoactivante
  •  Radioprotectora
  • Antibiótica
  • Antiviral
  • Antitumoral

Analgésica

Esta acción es potente. Se debe, ante todo, a la fracción Adolapin, que es un polipéptido de PM 11.500 Daltons, estudiada y experimentada por Shkenderov y Koburova.
La actividad analgésica fue estudiada por el método de Randall y Selitto (Randall, L., Selitto, J., 1957).
Se determinó que la fracción Adolapin inhibe la acción de la enzima ciclooxigenasa y, por lo tanto, la síntesis de prostaglandinas que, como se sabe, deriva en la síntesis de bradiquinina, productora del dolor asociado a las inflamaciones.
Estos autores sostienen además que la fracción Adolapin estimula la liberación de endorfinas, potentes analgésicos endógenos.
Existe una amplia experiencia médica que corrobora la marcada acción analgésica de la Apitoxina.

Cardiotónica

Vick, J.A. y colaboradores (1974) aislaron una nueva fracción del veneno de abejas, a la que denominaron Cardiopep.
Los efectos cardiovasculares del Cardiopep fueron estudiados en series de 30 preparaciones de corazón aislado y con perfusión de Langendorff y en 12 preparaciones de animales intactos.
Cuando inyectaron 0.2 mg de Cardiopep en la circulación coronaria (corazones aislados, con perfusión de Langendorff), produjeron el 50% de incremento en el ritmo cardíaco y el 150% de incremento en la fuerza de contracción, sin cambios en la resistencia vascular coronaria.
En corazones con arritmias intrínsecas, 0,2 mg de Cardiopep produjeron la restauración inmediata del ritmo cardíaco y el incremento de la fuerza de contracción.
En preparaciones de animales intactos, esa misma dosis de Cardiopep produjo un incremento en el ritmo cardíaco, en el flujo sanguíneo aórtico y en la fuerza del ventrículo derecho; todo ello, sin cambios significativos en la presión arterial, presión venosa central y actividad cortical.
Cardiopep posee una marcada actividad beta-adrenérgica-símil y el aumento en el ritmo y en fuerza cardíacos no está relacionado ni con vasoconstricción ni con vasodilatación.
El investigador ruso I.F. Kononenko (1987) después de efectuar numerosos tratamientos con Apitoxina a personas con problemas cardíacos, resume así su experiencia: "Melissin ejerce una acción positiva en las funciones del sistema cardiovascular, restaurando el ritmo cardíaco, disminuyendo los paroxismos hipertensivos, ataques de estenocardia, extrasístoles e incrementando la capacidad funcional del miocardio".
B.N. Orlov (1978) menciona once acciones biológicas importantes de la Apitoxina. En la cuarta explica que la Melitina y otros péptidos presentan propiedades cardioestimulantes.
N. Krylov y colaboradores (1997) demostraron la actividad cardioprotectora del veneno de abejas y su actividad como antioxidante a nivel cardíaco.

Vasomotora

Korneva y colaboradores (1976) declaran que en sobre datos obtenidos, se puede sacar la conclusión de que el veneno de abejas entero ejerce una actividad notable en los capilares dérmicos. En su opinión, la reacción vasomotora es el resultado de la acción de los componentes biológicamente activos contenidos en el veneno, como la Melitina, o de la acción que ejercen sobre las paredes de los vasos las sustancias eliminadas de los tejidos bajo la influencia del veneno, como por ejemplo, la Histamina.
A. Partheniu y C. Neacsu (1973), se refieren a los efectos favorables del veneno de abejas en la circulación sanguínea en el hombre, acción ya reconocida desde mucho tiempo atrás.
B.N. Orlov (1978) sostiene que en dosis terapéuticas, el veneno de abejas mejora el proceso de microcirculación.
Otros autores han demostrado que la circulación general mejora notablemente en tratamientos con Apitoxina.

Hipotensora

B.N.Orlov (1978) declara sobre la base de los resultados de una amplia experimentación, que el veneno de abejas ocasiona hipotensión y dilata los vasos cerebrales. Este mismo autor, en un trabajo que analiza el efecto del veneno de abejas y de algunas fracciones del mismo en la hemodinámica cerebral, dice que a Melitina, la PLA2 y la Histamina determinan la disminución de la tensión arterial.
I. F. Kononenko (1987) efectuó tratamiento con Apitoxina a 830 pacientes que sufrían hipertensión, con disturbios cerebrales y arteriosclerosis. En 66 pacientes del primer estado, la presión arterial fue normalizada. De los 445 pacientes del segundo estado, 194 normalizaron completamente su presión, y una disminución notable de la presión en otros 232 pacientes. De los pacientes restantes, pertenecientes al tercer estado, la mayoría de ellos vio muy mejorada su presión.

Antiagregante plaquetario

En un trabajo publicado en 1978, Omarov declara: "La posibilidad de administrar Apitoxina y sus componentes como sustancias terapéuticas que actúan en la función dinámica de los trombocitos, despertó gran interés. Los ensayos demostraron que la Apitoxina detiene el proceso de aglutinación de las plaquetas sanguíneas. La información provista por el microscopio electrónico confirma la acción del veneno de abejas contra la aglutinación" (Omarov, S.M., 1978).

Fibrinolítica

Después de analizar la acción del veneno de abejas en la coagulación de la sangre, S. M. Omarov (1976) concluye que resulta posible hacer uso de las propiedades del veneno de abejas y de la Melitina para intensificar la actividad fibrinolítica de la sangre, con vistas a eliminar los estados pretrombóticos y para tratar los enfermos de arterosclerosis y trombosis.

Eritropoyética

En su trabajo Nuevos Aspectos en la Investigación del Veneno de Abejas Orlov y sus colaboradores mencionan entre otras propiedades del veneno de abejas que intensifica de modo significativo la eritropoyesis (Orlov, B. N., et al., 1987).

Inmunoactivante

B. N. Orlov (1978) sostiene que el veneno de abejas es un activo agente inmunológico.
Orlov y colaboradores (1987) en su trabajo Nuevos aspectos en la investigación del veneno de abejas concluyen que quedó demostrado que el veneno movilizaba las fuerzas de defensa del organismo e intensificaba de modo significativo la eritropoyesis.

Radioprotectora

Shipman y Cole, en 1967, hicieron referencia a la acción radioprotectora de la Apitoxina y de las Procaminas A y B al informar un incremento en la resistencia de ratones a los rayos X.
Varanda y colaboradores (1989) informaron sobre esta misma acción de la Apitoxina pero en ratas Wistar irradiadas con rayos gamma.
Ginsberg y otros (1968) publicaron de la acción radioprotectora de la Melitina en ratas irradiadas con rayos X.
Cole y Shipman (1970) demostraron que ratas inyectadas con Fosfolipasa A del veneno de abejas habían obtenido radioprotección.
Bacq. Z. M. (1973) informó de que la Histamina del veneno de abejas actúa como protector de las radiaciones.
Será interesante investigar sobre la posible acción radioprotectora de la Apitoxina y sus fracciones en cobaltoterapia en humanos.

Antibiótica

Derevici y Dima en 1969 demostraron la acción inhibitoria de la Apitoxina sobre el desarrollo de bacterias y hongos.
Artemov, N. y Nestarova M. (1967), comprobaron la acción antimicótica de la Apitoxina en medios nutritivos inseminados y cultivados.
Dorman, L.C. y Markley, L.D., en 1971, asociaron la acción antibacteriana del veneno de abejas a la fracción Melitina.
Tatu, E., en 1987, efectuó numerosas experimentaciones con veneno de abejas y llegó a las siguientes conclusiones:
1.- Fuerte acción bactericida sobre Staphylococcus aureus, Streptococcus pyogenes y S. fecalis.
2.-Acción bactericida sobre Diplococcus pneumoniae, Escherichia coli, Salmonella typhi, Klebsiella pneumoniae, Haemophylus influenzae, Pseudomonas aeruginosa y Neisseria catarrhalis.
3.-Efecto fungicida sobre Cándida albicans.

Antiviral

H.A. Drayton, en 1961, determinó la inactivación del virus de Rous por la Fosfolipasa A (el veneno de abejas posee la fracción Fosfolipasa A2).
También Anderson y Ada (1960) demostraron que el virus de la encefalitis de Murray es inactivado por la Fosfolipasa A.
Se sabe por otra parte que la Fosfolipasa A2 cataliza la hidrólisis de los lípidos que contienen los virus, inactivándolos.
En Alemania, Brasil y en otros países se están efectuando estudios sobre la acción de la Apitoxina y la PLA2 sobre el virus del SIDA (Lins, L., 1991; Rose, A., 1999).

Antitumoral

Se debe a una serie de acciones que involucran a por lo menos tres fracciones del veneno de abejas o Apitoxina: Fosfolipasa A2 (PLA2), Fosfolipasa B (PLB) o Lisofosfolipasa y Melitina; y a un subproducto de la acción de la PLA2 sobre las membranas celulares, la Lisofosfatidilcolina (Lisolecitina).
La Fosfolipasa A2 y la Melitina actúan sinérgicamente, y la acción de la Fosfolipasa A2 está en relación directamente proporcional a la cantidad de Melitina presente en el medio.
Tanto la Fosfolipasa A2 como la Melitina actúan sobre la bicapa fosfolipídica de las células, generando en esa acción Lisofosfatidilcolina (Lisolecitina) -de potente actividad sobre las membranas de las células tumorales- y ácidos grasos (Banks, B.E.C. y Shiplini, R.A., 1986).
La fracción Fosfolipasa B actúa entonces sobre la Lisolecitina remanente de la acción anterior y genera la liberación de glicerofosfocolina y ácidos grasos (Banks, B.E.C. y Shipolini, R.A., 1986). Esta acción disminuye la cantidad de lisolecitina en el medio, pero ello no perjudica sino favorece la continuación del proceso, ya que un exceso de lisolecitina termina inhibiendo la actividad de la Fosfolipasa A2 (Drainas, D. y Lawrence, A.J., 1978).
Debido a que las células tumorales son ricas en glicerolípidos y han perdido la capacidad de bloquear el ataque descrito, la acción lítica de estas tres fracciones de la Apitoxina y de la Lisofosfatidilcolina (Lisolecitina) prosiguen hasta que la célula atípica es destruída.

Enfermedades a las que se aplica

Las enfermedades en las que el veneno de abeja actúa favorablemente son las siguientes:

  • Reumatismo (poliartritis reumática muscular 1. o de corazón)
  • Poliartritis infecciosa
  • Espondiloartritis deformante
  • Enfermedades del sistema nervioso periférico
  • Ulceras tróficas
  • Endarteritis obliterante, arteriosclerosis de las extremidades, tromboflebitis (sin procesos infecciosos)
  • Edemas
  • Asma
  • Migraña
  • Enfermedades hipertróficas

Precauciones y Contraindicaciones

La apitoxina debe ser empleada con mucha cautela, sobre todo cuando se trata de niños y ancianos. Está totalmente contraindicado en caso de tuberculosis, lesiones cardiacas, diabetes y enfermedades venéreas. No de puede aplicar junto a ciertas medicaciones.

Bijujo de las partes de una abeja

Las partes de una abeja. Apitoxina.